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Crisis postelectoral y de Derechos Humanos 2024 en Venezuela
Resumen Ejecutivo
“Crisis postelectoral y de Derechos Humanos 2024 en Venezuela”
es un esfuerzo de documentación conjunto, por parte de diferentes ONG
de ese país, que debido a la intensa situación de represión dentro del país
se divulga bajo el nombre genérico “Derechos Humanos de Venezuela en
Movimiento”.
El reporte incluye patrones de violaciones a derechos humanos ocurridos antes, du-
rante y después de la jornada electoral del 28 de julio de 2024, con datos de más de 25
iniciativas asociativas del país. El informe concluye que las actuaciones de las autoridades
ratifican que en Venezuela se continúa cometiendo el crimen de persecución por motivos
políticos, un delito de lesa humanidad incluido en el Estatuto de Roma; Que la actuación
coordinada de las diferentes instituciones del poder público, dirigidas a fomentar el temor
generalizado como mecanismo de control y coerción, deben calificarse como “Terrorismo
de Estado”; Que la grave erosión de la institucionalidad democrática ha derogado, por la
vía de los hechos, el 21.7% de los artículos de la Carta Magna, vinculados a derechos funda-
mentales, por lo que en el país se ha instaurado un régimen de excepción por la vía de los
hechos. Finalmente, aunque la voluntad popular hubiera sido reconocida por las actuales
autoridades, las continuas barreras erigidas en el proceso electoral, de forma generalizada
y sistemática, obstaculizando el ejercicio de los derechos de libertad de reunión pacífica y
de asociación, igualmente hubieran impedido calificar al proceso electoral como “libre” y
“justo”.
Sobre las situaciones documentadas y reflejadas en el informe se encuentra que antes
del 28 de julio, durante los primeros meses del año, 25 personas fueron detenidas por
informar, 58 sitios web y portales habían sido bloqueados para su libre acceso y se proce-
saron 98 denuncias sobre violaciones a la libertad de expresión. Durante el primer semes-
tre se registraron 2.383 protestas, de las cuales las exigencias por Derechos Económicos,
Sociales y Culturales representaban el 56%. Sólo durante el mes de julio habrían ocurrido
1.311 movilizaciones, de las cuales el 90% fue por la demanda de derechos civiles y políti-
cos. Durante los primeros 7 meses del año por lo menos 169 personas harían sido deteni-
das de manera arbitraria por razones políticas, siendo uno de los casos el de la defensora
de Derechos Humanos Rocío San Miguel. 49 personas habrían sido detenidas por suminis-
trar bienes y servicios a la campaña de Edmundo González Urrutia, mientras que 24 esta-
blecimientos habrían sufrido sanciones por este motivo. Como caso emblemático durante
este lapso se encuentra la violación del derecho al asilo de las 6 personas refugiadas en la
sede de la embajada de Argentina en Caracas.
Durante la jornada electoral del 28 de julio las organizaciones de observación ciudada-
na registraron entre 53,8% y 65,9% de incidentes en centros electorales que retrasaron el
proceso de votación. No obstante, el 35% de los electores esperó menos de una hora para
sufragar, mientras que el 30.4% esperó entre una y dos horas. En el 70% de los centros
electorales se encontraban puntos proselitistas, mientras que entre el 33% y el 22% de los
centros se observó el uso de recursos públicos para la movilización de electores. Hasta las 6
pm la actuación de los funcionarios del “Plan República” se puede calificar como institucio-
nal. Sin embargo, a partir de esa hora recibieron órdenes de sus superiores para impedir la
presencia de testigos y la verificación ciudadana. Entre el 44 y el 24% de los centros se per-
mitió la presencia de testigos en los actos de escrutinio. En el 30,5% de los centros se negó
la entrega de copias de las actas a los testigos. Ese día ocurrieron 20 situaciones lesivas al
derecho de libertad de expresión e información, mientras que por lo menos ocurrieron 86
actuaciones de grupos de personas armadas afectas al oficialismo, en 17 estados diferen-
tes, con un saldo de 8 personas heridas de bala y 1 asesinada. Estos ataques no sólo sugie-
ren coordinación nacional, sino tolerancia por parte de las autoridades. Las irregularidades
vinculadas a la difusión de los supuestos resultados fueron recogidas en los reportes pre-
liminares del Centro Carter y el Panel de Expertos Electorales de Naciones Unidas, los dos
más altos entes con capacidad técnica invitadas por las autoridades para realizar observa-
ción electoral durante los comicios.
Posterior al 28 de julio la movilización popular en reacción al desconocimiento de la vo-
luntad popular fue abordado por el gobierno mediante una combinación de métodos “du-
ros” y “blandos”, como había diagnosticado la Misión Independiente de Determinación de
Hechos de Naciones Unidas en un informe previo sobre la situación del país. Para neutrali-
zar a corto plazo las protestas las autoridades ordenaron una represión masiva y feroz, en
la que entre 24 a 26 personas habrían perdido la vida en el contexto de manifestaciones.
Además, se determinó una cuota de personas a detener, de más de dos mil ciudadanos,
para generar un efecto inhibitorio, generando condiciones para la extorsión masiva por
parte de los funcionarios. Estos mecanismos “duros” fueron, luego del 31 de agosto, com-
plementados con mecanismos “blandos”, que incluyeron la aprobación de una ley contra
las ONG, la anulación masiva de pasaportes, despidos por razones políticas, estímulo de la
delación comunitaria a través de una aplicación tecnológica, revisión de teléfonos celulares
en alcabalas y la divulgación de mensajes atemorizantes por parte de voceros guberna-
mentales.
Nicolás Maduro ha sido el vocero principal de las estrategias de represión, divulgadas pú-
blicamente, incluyendo la fabricación de falsos positivos para deslegitimar las denuncias so-
bre violaciones al derecho a la vida en el contexto de las protestas, de manera coordinada a
diferentes niveles del poder público, en conjunto con sus aliados. Hasta el 29 de agosto había
1.590 detenidos confirmados por las ONG, 86.1% hombres y 13.9% mujeres. En los patrones
vinculados a las detenciones hubo desapariciones forzadas de corta duración, negativa a po-
der ser representados por sus abogados de confianza, aplicación masiva de la legislación con-
tra el terrorismo, realización de audiencias virtuales en juicios sumarios, privación de libertad
a adolescentes y personas con discapacidad. Además, después del 28 de julio se registraron
por lo menos 184 actuaciones de civiles armados, conocidos como “Colectivos”.
El informe incluye un reporte especial de un estado del interior del país, Yaracuy, para
visibilizar la situación de vulneración de derechos fundamentales fuera de la región capital,
que usualmente es la que recibe mayor atención.
Entre las recomendaciones del informe, dirigidas a la comunidad internacional, se en-
cuentran mantener los esfuerzos de mediación y presión diplomática sobre las autoridades
venezolanas; incrementar las medidas de reconocimiento individual a los responsables de
violaciones a los derechos humanos; tomar medidas para reconocer a los venezolanos que
saldrán del país como beneficiarios de refugio según la Declaración de Cartagena; Que los
Estados parte del Estatuto de Roma incidan en la Corte Penal Internacional para que las
situaciones denunciadas se incluyan dentro del expediente de la investigación, así como
iniciar procesos de justicia universal en sus jurisdicciones; Que se mantenga el no recono-
cimiento de los resultados anunciados por el CNE hasta que no exista una divulgación de-
tallada, verificada por una revisión forense electoral realizada por técnicos electorales in-
dependientes; la revisión regional de la Carta Democrática Interamericana y la creación de
nuevos y novedosos mecanismos para la incidencia multilateral sobre quiebres institucio-
nales en el continente; La inclusión del tema Venezuela en la Cumbre Celac-Unión Europea
a realizarse en Colombia en el año 2025; Que las organizaciones sociales y ONG regionales
desarrollen iniciativas de “Nombrar y avergonzar” a los violadores de DDHH de Venezuela,
así como experiencias de solidaridad con las organizaciones nacionales que trabajan sobre
el terreno en condiciones de mayor restricción y, finalmente, que la comunidad internacio-
nal reconozca como interlocutor en la crisis venezolana a las víctimas de violaciones a los
derechos humanos.
“Crisis postelectoral y de Derechos Humanos 2024 en Venezuela” tiene por subtítu-
lo “El informe negro de la dictadura 2024”, en alusión a un documento similar divulgado
en 1952 para denunciar los excesos del régimen militar de Marcos Pérez Jiménez. “Este
reporte es una continuación de aquellos anhelos de democracia y dignidad”, afirmaron
los autores.